martes, 30 de abril de 2024

LA CHINA COMUNISTA

Cuando estudiamos la II Guerra Mundial vimos como durante la invasión japonesa de China este país se encontraba en medio de una guerra civil entre el partido nacionalista del Kuomintang liderado por Chiang Kai- Check y el partido comunista con Mao Zedong a la cabeza. Curiosamente la invasión nipona dejó el conflicto en espera pues los contendientes se unieron en un frente común contra el invasor. 


La guerra se reanuda tras el fin del conflicto mundial y terminan venciendo los comunistas. Chiang Kai-Chechk huye junto a su gobierno y seguidores a la isla de Taiwán, allí organizará una resistencia al estado chino comunista. Aún hoy día la situación de Taiwan es compleja. 



Con el triunfo de Mao un nuevo país se unía al comunismo. En los primeros momentos siguió un modelo económico muy semejante al de la planificación soviética,  al igual que se posicionó como su principal aliado en el mundo bipolar. No obstante, con el tiempo,  China fue adoptando su "propio modelo de comunismo". Se fue distanciando del apoyo unánime a la URSS y buscó otras fórmulas económicas: 

El Gran Salto Adelante (1958-1961) son unas medidas económicas, sociales y políticas que pretendían dejar atrás la agricultura tradicional china y modernizar su producción. Se eliminó la agricultura privada y toda la producción debía ser bajo el régimen de colectivización. Fue un rotundo fracaso en el que se produjo una alta mortandad por hambre tras malas cosechas continuadas. 


 


La Revolución Cultural (1966-1977) movimiento sociopolítico para preservar el modelo comunista de Mao. Se convirtió en una profunda purga y represión social para eliminar cualquier oposición al líder, muchos políticos, artistas, intelectuales, universitarios fueron perseguidos y eliminados. Al mismo tiempo se pusieron en marcha los campos de reeducación para jóvenes, ubicados en la China agrícola allí eran mandados para trabajar la tierra con la idea de eliminar cualquier sesgo burgués e imponer el modelo de pensamiento maoísta. 






 

Con la muerte de Mao le sucede Deng Xiaoping quien pone fin a las prácticas anteriores e inicia un proceso aperturista en lo económico, avanzando el gigante económico en el que se ha convertido la China actual,  pero manteniendo el control social y político propio de una dictadura comunista.

Balzac y la joven costurera china es una película que narra la experiencia de un joven universitario de los años 70 que dentro del proceso de la Revolución Cultural es enviado a un campo de reeducación maoísta. Está completa en Youtube. 


jueves, 25 de abril de 2024

EL PLAN MARSHALL

El objetivo era contener el avance del comunismo y para ello se pensó que no sólo se le podía hacer frente con bombas sino que era más importante sacar a Europa de la miseria: prosperidad económica frente a la amenaza comunista. El Plan Marshall sería la solución, un ambicioso programa de ayuda económica proveniente de EEUU para la reconstrucción de Europa. Pero no era una ayuda altruista, para poder disfrutarlo era condición indispensable la exclusión de los comunistas de los gobiernos europeos y por supuesto los productos adquiridos serían norteamericanos. 


EL TELÓN DE ACERO

Fue un famoso discurso de Wiston Churchill el que popularizó el término telón de acero. Se trataba de una frontera ideológica que separaba dos Europas, una occidental bajo la influencia del capitalismo,  frente a otra oriental que estaba dominada por la presencia de la URSS. No obstante,  este telón pronto se materializó con fronteras reales e infranqueables que dividían dos mundos antagónicos y en continua tensión. El primero de estos lugares fue Berlín, luego le seguirían Vietnam y aún quedan vestigios de esa división en Corea. 




DISCURSO DE CHURCHILL

Una sombra se cierne sobre los escenarios que hasta hoy alumbraba la luz de la victoria de los aliados. Nadie sabe que pretende hacer la Rusia Soviética y su organización Comunista Internacional en el futuro inmediato, ni cuales son los límites si existe alguno, a su tendencia expansiva y proselitista. Siento una gran admiración y tengo una gran estima al valeroso pueblo ruso y al que fue mi camarada en la guerra, el Mariscal Stalin. En Gran Bretaña (y no dudo que también en Estados Unidos) existe una profunda simpatía y buena voluntad hacia todos los pueblos de Rusia y una disposición a perseverar, a partir de las muchas diferencias y los muchos desaires, en el establecimiento de una amistad duradera. Comprendemos la necesidad que tiene Rusia de asegurar sus fronteras occidentales para alejar cualquier posibilidad de agresión por parte de los alemanes. Damos la bienvenida a Rusia al lugar que le corresponde entre las principales naciones del mundo. Damos la bienvenida a su bandera e los mares. Y sobre todo nos alegramos de los contactos constantes, frecuentes y cada vez más numerosos entre el pueblo ruso y nuestro propio pueblo de ambos lados del Atlántico. Sin embargo es mi obligación, porque estoy seguro que desean que les diga las cosas como las veo, exponerles algunos hechos sobre la posición actual de Europa.

Desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el Adriático, ha caído sobre el continente un telón de hierro. Tras él se encuentran todas las capitales de los antiguos Estados de Europa central y Oriental. Varsovia, Berlín, Praga, Viena, Budapest, Belgrado, Bucarest y Sofía, todas estas famosas ciudades y sus poblaciones y los países en torno a ellas se encuentran en lo que debo llamar la esfera soviética, y todos están sometidos, de una manera u otra, no sólo a la influencia soviética, sino a una altísima y, en muchos casos, creciente medida de control por parte de Moscú, muy fuertes, y en algunos casos, cada vez más estrictas. 

FRAGMENTO DEL DISCURSO EN Westminster College, Fulton, Missouri. 5 de marzo de 1946